bienvenido a rosario

la otra mañana me desperté un poco más inclinado que de costumbre. la noche anterior sopló un viento fuerte fuerte, de esos que además de volar las casas de los 3 chanchitos se lleva toda el agua para, digamos corea. que el barco no flote cuando se queda varado es más que obvio. pero por más que yo soy un tipo muy abierto, lo que sí me sorpendió fue ver vacas pastando a mi alrededor. inmediatamente hice lo que se hace en estos casos: nada. así que mientras esperaba que el agua volviera de corea, bajé a tierra firme. mucho gusto angelito, mucho gusto primavera, yo soy hernán, el chico del shamrock. sí, es el que está varado. ah, ¿así que también está su hija? ¿y está con una amiga? no, claro que no me molesta quedarme hablando con ellas. hola, yo soy hernán, el chico del shamrock. sí, es el que está varado. ¿así que vinieron por el fin de semana? ajá. ¿y en un rato llega otra amiga más? ¿a festejar su último fin de semana de soltera? no, yo esta noche no tengo nada que hacer. bueno, nos vemos a la noche. llegó la noche y con las chicas y un amigo de ellas nos fuimos de caravana por la ciudad de rosario. mamma mía, cómo le gusta la noche a la noche de rosario. me desperté abajo de un techo que no era el del shamrock. las chicas también, pero a mí me tocó el living. volvemos a El Muelle, el lugar donde está el barco. no llevo ni 2 días acá y ya me siento mucho mejor que cuando con 2 naranjas hacés un vaso entero de jugo [view photos!].