qué plato

cerrar el tour europeo en amsterdam fue algo mágico. me gustaría poder decir sublime pero no llegué a navegar por los canales. hablando de canales, cuántos canales que hay en amsterdam. uf. o bicicletas. yo no sé qué harán con tanta bicicleta. pasear no. digo, a veces sí, pero no. y qué decir de los coffee shops. bueno, eso, que también hay muchos. lo que me descolocó fue el sistema anti-meo que hay en las esquinas. son unas chapas acanaladas de tal forma que si uno quiere hacer pis le rebota [view photos!]. todavía no sé si la medida es mala onda o no, pero lo loco es que desde el gobierno te hagan el Ha-Ha! de nelson. las chicas en las ventanas me chocó un poco. será porque estoy acostumbrado a que desde una vidriera me vendan un microondas, no sexo. es un poco triste. o yo soy un poco boludo. de los cuatros días que pasé en amsterdam hubo solo 20 segundos donde no tuve una sonrisa colgada de la cara. fue cuando se me formaron grumos preparando un nesquik. el resto estuvo genial. lástima que a la vuelta me olvidé mi cuaderno en el avión. a partir del día siguiente empecé a llamar todos los días a la compañía. la respuesta era igual de rutinaria: No señor, hasta ahora solo apareció un móvil, un nécessaire y una notebook. está todo tan raro. yo desesperado reclamando un cuaderno pedorro –de gran valor emotivo, por cierto– y hay gente que deja tirada una notebook. para mí que tenía un virus.

4 comentarios :

  1. con el cuadernito de las notas no!
    que no se metan!!!

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  2. y se metieron nomás. pero no importa, tengo que ser fuerte y seguir adelante.
    gracias por el apoyo.

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  3. una vez viajando robraron mi mochila pequeña con mis cámaras fotográfica y lentes, soy fotógrafa, y mi cuaderno de viaje, lo que me hizo sufrir más fué mi cuaderno, todo lo vivido lo había vaciado allí, fué muy trite...

    Isa

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